AEG desmonta diez mitos falsos sobre las secadoras
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Los españoles somos más reacios que el resto de europeos a tener una secadora en casa. Sin embargo, una vez tomamos la decisión de hacernos con una la usamos mucho más y el grado de satisfacción es próximo al 100%. Desde AEG creen que existen falsos mitos sobre las secadoras que frenan la intención de compra. Por eso se han encargado de desmontarlos.
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El primero es que encogen la ropa. Con la tecnología de bomba de calor, la temperatura es menor, por lo que no estropea la prenda y tiene movimientos adaptados a cada tipo de tejido.
También se cree que es mejor secar las prendas al aire. Falso. El sol desgasta los colores y deja la ropa más acartonada. Además, tender la ropa hace que las prendas se deformen y las pinzas dejan marcas incómodas de planchar después.
Algunos piensan que sólo son indicadas para secar algodón. No es cierto. Son válidas para cualquier tipo de tejido.
Las secadoras tienen fama de poco eficientes. Eso ocurría en el pasado. Una secadora consume al mes desde 1,52 euros con 13 cargas, ya que la bomba de calor trabaja a menos temperatura y hace que necesite menos gasto energético.
Se las acusa también de no secar igual todas las prendas, un problema que han remediado las nuevas tecnologías.
“Tardan demasiado tiempo”, es otro argumento que se escucha frecuentemente. Pues depende de las prendas. Hay ciclos cortos y largos, y los programas están pensados para cada tipo de tejido y su cuidado.
El etiquetado de la ropa tampoco ayuda. Desde AEG opinan que está obsoleto y que incluso la lana más delicada puede secarse con programas como Woolmark.
Pueden mezclarse prendas de diferentes colores y, además, no salen tan arrugadas como erróneamente se cree.
Y para finalizar, el espacio no es un problema. Hay opciones para todos los gustos: secadoras en torre, que ocupan la mitad de espacio que un tendedero tradicional, y lavasecadoras, donde tienes un 2 en 1 y buenos resultados en la mitad de tiempo.